El extraño caso Funes Mori

La verdad de la milanga – Special Edition

 

En esta edición de LVDLM no hablaremos de cine y ustedes se preguntarán: ¿Por qué señor Espectro? Si usted es una eminencia, El señor Miyagui de la crítica de cine. Si usted nos dice la posta, lo que todos ocultan para ganar algunos billetes a costa de su credibilidad.

La respuesta es simple humanoide. Como todos saben en Argentina se traspira el fútbol y si hablamos de fútbol hablamos de calidad, de habilidad, de precisión, y del misticismo de los hermanos Funes Mori. Acá, mariscal, centro fobal, volante tampón, libero, Fulbá, acá vas a conocer la verdadera historia de uno de estos dos genios del fútbol mundial. Solo en “La Verdad de la Milanga”.

 

Para los que no lo conocen, Ramiro José Funes Mori es un joven futbolista que se desempeña como defensor en el River Plate de la Primera División de Argentina. Pero lo que aparece en los archivos secretos, lo que nadie sabe, es lo que tuvo que vivir Ramiro en su infancia.

Su padre, luego de vivir un mal momento económico tuvo que vender la casa para saldar las deudas por su adicción al Candy Crush. En la estresante búsqueda para encontrar una nueva morada, un conocido le ofrece unos terrenos en las inmediaciones de la central atómica de Atucha. Lamentablemente, su casa estaba ubicada tan solo a unos dos metros de la central y, con el correr de los años, el poder de los rayos gamma se adentraban y enmarañaban en lo más profundo de estos seres para mejorar su performance y rendimiento. Mientras Ramiro y Rogelio jugaban un metegol en la puerta de la casa, nadie sospechaba que iban a convertirse en lo que son hoy. Su apariencia de siete mesino puede engañar a cualquiera pero al Espectro no lo engaña. Cualquiera diría que son humanos normales pero…

Hoy, luego de 15 años de radiación, Ramiro posee la fuerza y la velocidad de casi un humano normal transformándolo en un duro escollo para los delanteros rivales. Su sorprendente sentido arácnido le proporciona capacidad de reaccionar ante situaciones adversas, como son los rodillazos al mentón (golpes clásicos en el deporte). Algunos vecinos aseguran que a partir de los 20 años comenzó a imitar (mal) con gran facilidad, la voz de doblaje de Jim Carrey. El se lo atribuye a la radiación y a la genética.

Ahora, vos realmente pensás que: un ser sobrenatural como Ramiro Funes mori, que tiene la capacidad de imitar a Jim Carrey

¿va a cometer la torpeza de cabecear para atrás y regalarle un gol al negro del equipo Tigres de México?

No querido. No! Es vox populi que a Ramiro le gusta el escolazo y le jugo 20 mangos al prode.

Avispate Rufián.